Aprovecho la oportunidad para escribir unos trazos sobre un tema que desde hace meses me interesaba compartir. En estos días está muy de moda hablar de avances tecnológicos, de satélites espaciales, de Internet, de celulares y, quién sabe cuántas cosas más, en un intento de los medios de comunicación de crearnos la sensación de que ya estamos en el siglo XXI.
Esto sería extremadamente preciado si logramos inculcar en nuestra cultura panameña las grandes ventajas que tiene la ciencia y cómo ella nos puede ayudar a concienciarnos de que la realidad, bajo estrictas formas de comprobación, tiene mayor interés que la fantasía.
Es triste oír que nos llama más la atención los cuentos de Tuliviejas, hombres lobos, duendes, brujas, ritos satánicos. OVNI y cuanta cosa rara se le ocurra inventar a los hombres, que la verdadera comprobación de los hechos y éstos a su vez, hacerlos pasar por los métodos científicos controlables para desenmascararlos y probar así, que si son o no realidad.
Lo más triste del caso, es que los medios se hacen eco más de la fantasía que de la contraparte verdaderamente científica.
Esto no es sólo una simple herencia de incultura, sino que es un problema y que en algunos casos llega a ser mortal. Es común leer en los periódicos de muertes debido al mal diagnóstico de un curandero, o el hecho que una persona no logre su autogestión y autorrealización debido a que el horóscopo se lo impidió, ¿no fuimos testigos recientes del desastre social y ecológico en nuestros hermanos de San Miguelito y Tocumen por no tener una Central de Hidrometeorología e inspectores de ingeniería urbana eficiente? y, por último, ¿cuántas veces hemos elegido al político menos capaz cuando nos enamoró por el sentimiento y no por el tamiz de la razón?, en esto último quien pierde, es todo un país.
Inculcar método científico, exigir pruebas verificables y controlables, deducción y conciencia crítica, en resumidas cuentas, inculcar "cultura científica" en nuestra educación integral panameña, saldríamos ganando todos.