El tifón Meari provocó la muerte de al menos cinco personas, dejó 19 desaparecidos, causó heridas a medio centenar más y obligó a evacuar a miles de habitantes del sur y oeste de Japón con sus lluvias torrenciales y vendavales.
A pesar de la llegada del otoño a las latitudes niponas, el Meari, que en coreano significa "eco", ha alargado la época de los tifones en Japón y sus efectos destructivos, que a lo largo del estío han dejado decenas de muertos y cuantiosos daños materiales.
Según las últimas informaciones suministradas por la agencia japonesa Kyodo, una riada provocada por el Meari causó hoy la muerte de dos ancianos en la provincia sureña de Mie, mientras que otras tres personas más perecieron en la de Ehime.
Los 19 desaparecidos son habitantes de Mie, Ehime, Tottori y Yamaguchi, según diferentes informaciones.
Al menos 52 personas resultaron heridas por los efectos del tifón y cerca de 9.000 tuvieron que ser evacuadas, aunque la situación de emergencia de las zonas azotadas contemplan la eventualidad de desplazar hasta 180.000 habitantes del sur y oeste de Japón.
CONSECUENCIAS
A las once de la noche hora local, el tifón Meari se encontraba cerca de Tsuruge, en la provincia occidental de Fukui, con vientos de 83 kilómetros por hora. En algunos puntos de la costa meridional de Japón las lluvias alcanzaron los 540 milímetros por metro cuadrado, lo que produjo los citados corrimientos de tierra y aludes de barro y lodo, además de inundaciones y riadas.