El alemán Dirk Nowitzki tuvo que conformarse con la medalla de plata para la selección germana en el Europeo 2005 pero, sin duda, el gran vencedor individual de la cita continental en la capital serbia fue él, jugador más valioso, máximo anotador del torneo y elevado a las alturas por un pabellón que supo reconocer el talento que lleva en las manos las ovaciones que arrancan los genios.
Nowitzki firmó veintitrés puntos en la final ante Grecia.