EDITORIAL
Encuestas y magistrado
Los resultados de las últimas encuestas revelan la situación preocupante que enfrenta el gobierno. El Gabinete es mal calificado y la opinión pública, considera que la corrupción es una realidad y no una percepción.
Como respuesta indirecta a la encuesta que califica al ministro Aníbal Salas como el más impopular integrante del Gabinete, se le propone a éste como candidato a magistrado de la Corte Suprema de Justicia.
El anuncio de la candidatura del relevo del magistrado José Manuel Faúndes también se realizó la misma fecha, en que el Movimiento Anticorrupción, propuso la opción de los cabildos abiertos, que entre otras aspiraciones, busca sugerir cambios a la forma en qué se seleccionan a los integrantes de la Corte.
Aunque menos conflictivo que las anteriores designaciones de magistrados, la propuesta de Salas sin duda que originará una fuerte pugna en la Asamblea Legislativa.
La reciente elección de la directiva de la Asamblea Legislativa profundizó las diferencias entre el Ejecutivo y la bancada opositora, por lo que el tema de la ratificación del candidato a magistrado, estará en medio de esa tormenta.
Aunque la Constitución es clara al asignar al Ejecutivo la facultad de nombrar a los integrantes de la Corte Suprema de Justicia, la amarga experiencia registrada en enero pasado, hacía necesario buscar mecanismos -que sin alterar lo establecido por la Carta Magna- dieran margen a postular a figuras no tan identificada con éste u otro gobierno de turno. Objetivamente no se espera que el gobierno actual modifique ese criterio y sin duda insistirá hasta el final en la ratificación de su candidato.
Con el actual control de la Asamblea por parte del oficialismo y disidentes del PRD, no se vislumbran dificultades en dicha aprobación. Sin embargo, los políticos deben recordar el vergonzoso espectáculo al que expusieron al país a principios de año.
No queremos que se repitan los mismos hechos que han afectado la credibilidad de toda la nación. Los debates deben ser de altura y el voto debe ser a conciencia, no motivado por promesas o favores.
PUNTO CRITICO |
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