Los maestros del terrorismo internacional utilizan actos barbáricos como los ocurridos el 11 de septiembre de 2001, en donde hubo la masacre de miles de personas, la destrucción de edificios gigantescos y el sacrificio suicida de aviones comerciales, para generar temor y horror en la población mundial.
A un año de estos terribles atentados, todavía los Estados Unidos no se repone de la desesperación y el miedo a otra tragedia similar. He aquí varios ejemplos:
Dos vuelos comerciales que sobrevolaban Texas el pasado 11 de septiembre fueron bajados por hechos confusos, en donde hubo situaciones discriminatorias contra ciudadanos de origen árabe. El vuelo que iba a Las Vegas tuvo que aterrizar, porque una azafata pilló a tres hombres en los baños del avión, y que éstos demoraban mucho en salir, sospechando la sobrecargo que los mismos asaltarían el aparato. Nunca se comprobó esto.
En el otro avión, el cual descendió en Houston, se detuvo a un sospechoso porque abrió un peine de cabello, cuyo estuche parecía al de una navaja. Por eso, se creó un caos en el vuelo.
Por los lados de Ohio, un desquiciado mental llamó a un edificio de oficinas y dijo que había una bomba, en tono de burla. Para qué fue el asunto: la gente huía despavorida, algunas hasta desearon saltar de las ventanas y la Guardia Nacional de EU cercó la cuadra en donde supuestamente estaba la carga explosiva.
Ante esto, hay que admitir que Osama bin Laden y los terroristas de Al Qaeda, ya lograron su acometido: atemorizar a la superpotencia norteamericana. Cualquier falsa alarma hace desequilibrar a Estados Unidos y los medios de información hasta desinforman, exagerando datos de los hechos reales.
¿Qué es el miedo? Según dice el diccionario virtual del Diario El Mundo es la "sensación de alerta y angustia por la presencia de un peligro o mal, sea real o imaginario: miedo a morir, temor al fracaso. También es el recelo de que suceda lo contrario, a lo que se espera o desea". Es aquella sensación de alerta la que provoca el pánico colectivo, al punto de permitir reacciones extremistas de los gobiernos y de los pueblos, para supuestamente "controlar el terror".
El climax de todo esto ocurrió el viernes pasado en La Florida: se trancó una carretera interestatal entre Tampa y Miami, para detener a supuestos terroristas de origen árabe, porque habían sido denunciados por una camarera irresponsable allá en Georgia, la cual escuchó que los jóvenes harían algo el 13 de septiembre. Para colmos, la prensa estadounidense exageró los hechos nuevamente, tildó a esos ciudadanos, todos médicos de profesión, de "criminales bajo sospecha", incluso bajo el desmentido de las autoridades del Estado, de que los mismos no eran peligrosos.
La verdad es que el mundo para los norteamericanos ya no será el mismo después del 11 de septiembre de 2001: Ahora todos los demás grupos étnicos somos potenciales enemigos de la seguridad estadounidense, sólo por no ser anglosajón de piel o no hablar un buen inglés. |