El gobierno de Sri Lanka y el Movimiento de los Tigres de Liberación del Eelam Tamil (LTTE) iniciaron ayer en Tailandia negociaciones de paz históricas, expresando optimismo acerca de su capacidad para poner fin a un conflicto que ensangrenta la isla entre tres décadas.
Las conversaciones de paz fueron formalmente inauguradas por Erik Solheim, mediador noruego que logró llevar a las dos partes a la mesa de negociaciones, y deben continuar hasta mañana miércoles a puerta cerrada en la base naval tailandesa de Sattahip, 200 km al sudeste de Bangkok.
Aunque los dos bandos reafirmaron su posición, sus discursos inaugurales reflejaron un deseo de paz y un fuerte optimismo. La delegación gubernamental excluyó de entrada cualquier Estado separado para los Tamiles en Sri Lanka.
"Estamos a favor de un amplio grado de autonomía, pero estamos por la unidad y la integridad territorial del Estado", declaró el jefe de la delegación de Colombo, G.L. Peiris, ministro de Asuntos Constitucionales.
El gobierno y los rebeldes separatistas indicaron que no esperaban avances espectaculares en estas primeras conversaciones, que luego podrían ser seguidas por discusiones premilinares escalonadas a lo largo de seis meses.
Tres décadas de conflicto étnico entre el gobierno, de mayoría cingalesa y budista, y los separatistas tamiles, mayoritariamente hindús, dejaron más de 60.000 muertos y 800.000 desplazados. Cuatro intentos anteriores de negociación fracasaron y desembocaron en nuevos derramamientos de sangre. |