FAMILIA
Narcóticos Anónimos

Redacción
Crítica en Línea
Es necesario evitar cualquier racionalización. Admitimos nuestras faltas con prontitud; no las explicamos. Trabajamos este paso de forma continuada. Es a título preventivo; cuando más lo hagamos, menos precisaremos aplicar la parte "correctiva" del paso. Es realmente un instrumento muy valioso. Nos da la oportunidad de evitar malos ratos, antes de que nos invada. Fielmente seguimos el curso de nuestros sentimientos, de nuestras emociones, de nuestras fantasías y de nuestras acciones. Al ir constantemente repasando esas cosas, no es posible evitar el repetir las conductas que tan mal nos hacían sentir. Necesitamos este paso incluso cuando nos sentimos bien y las cosas andan bien. Sentirse bien es algo nuevo para nosotros y debemos "cultivar" este sentimiento. En tiempos de menor bonanza, podemos probar las cosas que no funcionaron previamente. Tenemos el derecho de no sentirnos miserables. Podemos escoger entre opciones. Los buenos tiempos pueden igual ser una trampa; el peligro es que podemos olvidar que nuestra primera prioridad es mantenernos limpios. Para nosotros, recuperarse es mucho más que un simple placer. Debemos siempre tener en cuenta que todo el mundo comete equivocaciones. Nunca seremos perfectos. Sin embargo, podemos aceptar este hecho utilizando el Décimo Paso. Sigamos haciendo un inventario personal; nos ligera, aquí y ahora mismo, de nosotros y del pasado. Ya no es preciso que se nos fuerce a justificar nuestra existencia. Este paso nos permite ser nosotros mismos. "Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, tal como los concebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para aceptarla". Los pasos han servido para prepararnos a mejorar nuestro contacto consciente con Dios, tal como lo concebimos. Nos han dado una sólida base para alcanzar las metas positivas que nos habíamos trazado desde hacía tiempo. Habiendo entrado en esta fase de nuestro programa espiritual con la práctica de nuestros diez pasos anteriores, la mayoría vemos con agrado el ejercitarnos en la oración y la meditación. Nos resulta obvio que nuestra espiritualidad es la esencia de una recuperación que tiene éxito y que anticipa un crecimiento interior ilimitado. Buena parte de nosotros empezamos realmente a darnos cuenta de que, en efecto, al llegar casi al final llevamos ya bastante tiempo "limpios". Pero la vida que hemos estado practicando comienza a cobrar un significado más profundo. Tras renunciar a nuestro control, hemos ganado un poder muchísimo mayor. Tal como fuere nuestra fe, así será la calidad de nuestras oraciones y meditaciones. Solamente debemos asegurarnos de que tenemos una clase de creer que es operante y que satisface nuestras necesidades.
|