CUARTILLAS
Asimilado
 
Milciades A. Ortiz Jr.
Colaborador
Miles de empleados públicos de todos los niveles, sufren en estos días la angustia de perder sus puestos, con el cambio de gobierno. Aunque se haya prometido que no habría "barrerías", es lógico que tendrán que cambiar personas en las distintas instituciones del Estado. Cada nuevo funcionario necesita contar con gente que le ayude a realizar su trabajo. Y no es fácil que un empleado que no tiene las mismas ideas que el nuevo jefe, vaya a trabajar en la forma como quiere el recién nombrado patrón. Claro que existen lo que algunos llaman "puestos de confianza" y otros que dentro de la burocracia deberían ser atendidos por cualquier persona, sin importar su manera de pensar en política, por ser poco importantes. Pero también es posible que ese empleado del otro gobierno se convierta en un "Quinta columnista", un saboteador del nuevo partido en el poder, siguiendo consignas del antiguo patrón. Por eso hay jefes que botan a los antiguos empleados, para estar seguros de la lealtad de sus subalternos. Bueno, como quise conocer la voz de un experto en esto de "pasar agachado" con los nuevos gobiernos, me dirigí a la tertulia del viejo café de Santana, a entrevistar al personaje llamado el "Asimilado". Se le llama así porque es un experto en asimilarse a cualquier nueva situación que se dé en su institución. Ya ha trabajado bajo por lo menos cuatro distintos jefes, en estos últimos quince años, y sigue tan campante ahora con el nuevo gobierno arnulfista. "Lo primero que debe hacer un Asimilado, es no delatarse mucho en lo que se refiere a que la gente sepa su manera de pensar. No debe aparecer en primera fila en manifestaciones y homenajes, sino ocupar un lugar estratégico, donde lo vean los jefes pero no mucha gente", me dijo hablando como todo un profesional del escurridizo arte del "camaleón" político. También dijo que es mejor ocupar un puesto de segunda o tercera importancia, que la cabeza de algún despechado. "Los jefecitos son los primeros que botan con un cambio de gobierno", indicó con seriedad. "¿Pero, no hay lealtad hacia el partido al cual pertenece, o la ideología de tu grupo político?", pregunté con cierta ingenuidad. Se sonrió el Asimilado y dijo que en eso de pertenecer a partido la "cosa no es tan complicada. Uno puede cambiarse de partido como de camisa, si es necesario para mantener el puesto. En cuanto a ideología, no sé qué significa eso. En Panamá los partidos políticos tienen de todo, menos una base de ideas que persista...". Le pregunté sobre cómo andaba la gente ahora con el cambio de gobierno. "Mire, eso que han hecho algunos partidos que antes apoyaron al Toro, y ahora se voltearon hacia Mireya, nos ha servido de mucho", aclaró. "Si grandes políticos que disfrutaron de "la papa" por cinco años con el Toro, se voltearon cuando ganó la Doña, ¿qué se puede esperar de los peces chicos como nosotros? Ellos nos han dado el buen o mal ejemplo, según cada persona vea esta cambiadera para seguir disfrutando de los beneficios del poder", afirmó seguro de sus palabras. Otro de los trucos de un Asimilado es el de "hablar bien del jefe, pero no en forma exagerada. Cuando cambia el jefe, sencillamente se hablará bellezas del nuevo mandatario. Además, sirve que Ud. en forma hábil señale que tiene algún pariente que es amigo de los nuevos gobernantes. Eso se corre, aunque Ud. no lo crea, y mucha gente se come el cuento y no lo molestan en su puesto", afirmó este personaje. Conversamos sobre la efectividad de la burocracia panameña. Dijo que "como en muchos países, los funcionarios públicos en su mayoría hacen un trabajo rutinario, sin motivación, para cumplir con el horario. Por eso los ve Ud. mirando el reloj a cada momento, porque ansían irse del empleo lo antes posible. No hay mística en el empleado público", enfatizó el curioso personaje llamado el Asimilado, del viejo café de Santana.
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