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Por años, Panamá se jactó de ser uno de los países con la mejor agua potable del mundo. Del gran Río Chagres, el vital líquido era limpiado y tratado para el consumo humano, con el fin de que la comunidad en general pudiera obtener los beneficios de una agua sana que mantenga a una población satisfecha. Pero otra cosa es la realidad. El Lago Alajuela se estanca de sedimentos. Los desechos humanos, la basura y la contaminación de los afluentes del Chagres han provocado una alerta ecológica que amenaza con que un millón de personas tengan que tomar agua turbia por nuestra culpa.
En otro lado, mientras algunos reciben agua limpia todos lo días y otros les llega agua turbia, miles de panameños ni siquiera les toca una sola gota del vital líquido. Las barriadas de Mañanitas, Tocumen, Pedregal, Alcalde Díaz y Chilibre se quedan sin agua por tgres cuartas partes del día. Sólo en la madrugada, el agua llega a los hogares, apresurando a la población para recogerla. El agua viene sucia con lodo. ¿Dónde quedó la eficiencia del servicio de agua potable de antaño? Pues, 50 años de negligencias, abandono y deterioro de las tuberías, terminan con empeorar la situación.
Tras la breve discusión sobre el intento del gobierno de turno en solicitar 150 millones de balboas del Fondo Fiduciario para hacer varios proyectos que mejoren el servicio de agua en Panamá Este, en esta semana el Ejecutivo presenta una propuesta de Ley que busca reestructurar por completo el Instituto de Acueducto y Alcantarillado Nacionales (IDAAN). Los problemas administrativos, la politiquería barata, la ineficiencia en cobrar deudas a clientes morosos, además de la actitud perezosa de la entidad por detener las fugas de agua en la red de suministro en la ciudad, serán tratados y combatidos con el nueva iniciativa, presentada por el Segundo Vicepresidente de la República, Dominador Kaiser Bazán.
Pero, el tema del agua potable debe estar muy vinculado a otro gran problema de la capital. Las aguas servidas, los desechos y el alcantarillado metropolitano. Desde 1950, la Ciudad Capital no ha implementado un programa intensivo para mejorar los drenajes urbanos y de los residenciales que vierten millones de galones de aguas negras a los 17 ríos que desembocan a la Bahía de Panamá. Poco se habla en la nueva propuesta del gobierno actual sobre una alternativa de limpieza del alcantarillado o de sanear la bahía contaminada.
Técnicos brasileños, españoles, japoneses, canadienses y norteamericanos apuestan por la colocación de plantas de tratamiento de aguas servidas eficientes, las cuales incluso pueden depurar el agua contaminada que baja hasta la Bahía de Panamá. Esa agua puede ser vuelta al curso de los ríos, hasta ser bebida sin problemas. Pero el costo en la modernización del IDAAN resulta multimillonario, lo cual se convierte en la excusa de separar el tema de la limpieza del agua contaminada, la limpieza de la bahía y la reparación de los alcantarillados, del problema de suministro de agua potable. Un nuevo IDAAN deberá ser eficiente, pero manejado como una empresa pública seria.
Manejada por expertos y especialistas en el tema del agua potable, la entidad también debe iniciar un proceso de cobros a las empresas y clientes con enormes deudas pendientes. ¿Porqué el IDAAN no crea una nueva norma en tarifas? ¿ |
