A ORILLAS DEL RIO
LA VILLA
El político y el politiquero

Santos Herrera
Los políticos criollos han degenerado en extremo la palabra política y hoy la misma es sinónimo de bribonadas, viveza, engaño, falacia, deshonestidad, inmoralidad, traición, mentira, incumplimiento, deshonor, etc., Dicha opinión está tan fincada en la mente de algunos políticos y estupefactos, escuchamos a una legisladora, a un legislador electo y a un "analista" político, expresando que Panamá es un país democrático porque los políticos no valoran su palabra y mucho menos honran su firma. Es decir, que el buen político para ello es aquel que es pícaro, embustero, deshonesto, oportunista, mercantilista, bandido, etc. ¡Hasta dónde hemos llegado! Dos legisladores y un "orientador" de la opinión pública, afirmando y recomendando que para ser un buen político es necesario ser un bribón de cuerpo entero, ya que para eso vivimos en democracia. Nosotros consideramos que como en la República, han abundado y abundan los politiqueros y no los políticos, muchos piensan que aquellos son los triunfadores, pues por su astucia y bellaquería siempre están en la papa y sin tomar en consideración indispensables principios éticos. El politiquero habla de cuestiones políticas sin necesidad o sin capacidad para ello, y con sus acciones bastardas los fines de la actuación de la política. Ellos han invertido los verdaderos valores de nuestra sociedad, corrompiendo y envenenando la conciencia nacional. El político es el que tiene principios y el que cree y defiende la ideología donde los sustenta. Es aquel que mantiene parámetros morales que le permiten siempre estar con la verdad y la honestidad. Es el que tiene como mira los objetivos que persiguen el bienestar común, los intereses de la colectividad y no el interés personal o de un pequeño grupo. Es aquel que actúa pensando en las futuras generaciones y no en las próximas elecciones. El político es el que respeta la voluntad popular y el que estaría siempre dispuesto a dar hasta la última gota de su sangre, para que ésta jamás sea burlada. El político es altruista y ecuánime, justo y correcto, decente y amante de la justicia. Ama a su Patria, defiende su independencia y está dispuesto hasta a ofrecer su vida por su plena soberanía. El politiquero es perseguidor y vengativo, embustero y arrastrado, demagogo y falaz, indigno y servil, hipócrita e intrigante, chanchullero y sinvergüenza. Es un enano mental y moral que no cumple con su palabra ni con las promesas. Un electorero que aparece cada cinco años con las mismas mentiras a embaucar a un pueblo que ansioso espera mejores días. El politiquero practica el nepotismo, la corrupción y la traición. Es capaz de vender la Patria o entregársela al enemigo. Ejemplo de un politiquero auténtico, es aquel que logra a base de vivezas y componendas, colocar a toda su familia en la planilla oficial, ocupando direcciones nacionales e importantes embajadas.
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