logo critica

seccionesEl Panama Americaotras publicacionesprimera planaportadanacionalesopinionprovinciasdeporteslatinoamericareportajesrelatosvariedadescronica rojahoroscopoespacioediciones anterioresbuscador de noticias

 

home

comunidad

Viernes 3 de septiembre de 1999



FAMILIA
La lucha contra las drogas

linea
Narcóticos Anónimos
Joaquín Arias

Puede que hayamos contemplado o incluso practicado alguna disciplina religiosa y meditativa antes de unirnos a N.A. Algunos de nosotros acabamos destrozados y completamente confusos con esas prácticas; estábamos seguros de que era voluntad de Dios que tomáramos drogas a fin de lograr un estado de "superior concentración de conciencia", como pudiese decirse. Muchos nos encontrábamos en situaciones rarísimas a consecuencia de tales prácticas.

Jamás sospechamos que en la raíz del problema estuvieran los efectos devastadores de nuestra drogadicción; y continuamos hasta el final cualquier sendero que ofreciese esperanza.

En tranquilos momentos de meditación, la voluntad de Dios puede hacérsenos evidente. Calmando a la mente por medio de la meditación conlleva una paz interior que nos pone en contacto con el Dios de dentro. Una premisa básica de la meditación es que es difícil, probablemente imposible, obtener contacto consciente a menos que nuestra mente esté quieta. Si queremos progresar, debemos conseguir parar esa habitual, interminable, sucesión de pensamientos. De modo que, nuestros ejercicios preliminares van destinados a sosegar la mente y así pues dejar que los pensamientos que vayan surgiendo, vayan desapareciendo (diríamos, de muerte natural). Dejamos atrás nuestros pensamientos al irse haciendo realidad para nosotros la parte propiamente de meditación. Tal como demuestra nuestra experiencia, uno de los primeros resultados de la meditación es equilibrio emocional.

Algunos de nosotros llegamos al Programa descompuestos y medio perdidos, habiendo ido a la sola búsqueda de Dios o de salvación en un tipo u otro de culto religioso. Parece fácil flotar alrededor de grandes cantidades de celo y actividad supuestamente religiosa... olvidando que somos drogadictos con una enfermedad incurable.

Se afirma que, para que la meditación tenga algún valor, los resultados deben ser tangibles en nuestra vida cotidiana. "...Su voluntad para con nosotros y... la fortaleza para aceptarla". Para aquellos de nosotros que no rezamos, la meditación es el único camino de trabajar este paso.

Los que rezamos lo hacemos porque ello nos da paz y refuerza nuestra confianza y valentía. Nos ayuda a vivir una vida libre de miedo y recelos. Cuando eliminamos nuestras propias motivaciones egoístas y solicitamos ser guiados, encontramos sentimientos de paz y serenidad que nunca habíamos experimentado. Empezamos a ser muy conscientes y a sintonizar con los demás como jamás había sido posible.

Cuando buscamos nuestro personal contacto con Dios, comenzamos a abrirnos como una flor bajo la luz solar. Empezamos a ver que el amor a Dios siempre estuvo presente, sólo esperando que lo aceptáramos. Con poco esfuerzo, por tanto, vamos aceptando lo que se nos regala libremente cada día. El tener confianza en Dios se nos hace más y más natural.

Al iniciar el Programa, generalmente expresamos infinidad de cosas que parecen ser importantes deseos y necesidades. Al ir creciendo espiritualmente y así conocer a un Poder superior a nosotros mismos, nos damos cuenta de que, mientras nuestras necesidades espirituales son verdaderamente satisfechas, los problemas de la vida disminuyen y cesan de ser incómodos. No olvidemos, pero, donde radica nuestra fortaleza real.

 

 

linea

volver arriba


BOLETIN COMUNITARIO

Hoy entregan 40 apartamentos en Curundú

OTROS TITULARES

Capacitación sobre uso indebido de drogas

 

 


 


linea

 NUESTROS ANUNCIANTES

lalo y lulu

 

PRIMERA PLANA | PORTADA | NACIONALES | OPINION | PROVINCIAS | DEPORTES | LATINOAMERICA | REPORTAJES | RELATOS | VARIEDADES | CRONICA ROJA | HOROSCOPO | SOCIALES | EDICIONES ANTERIORES | BUSCADOR DE NOTICIAS | OTRAS SECCIONES

linea
linea gris

bandera de Panama 

 

Copyright 1995-1999, Derechos Reservados, Editora Panamá América, S.A., EPASA