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Colombia retoma precaria normalidad laboral tras huelga
Bogotá
REUTERS
Colombia volvía el jueves a la normalidad tras una huelga general de dos días, pero parecían seguros más conflictos luego que el gobierno rehusó ceder a las demandas de que abandone políticas económicas impopulares. La huelga, a la que adhirieron trabajadores sindicalizados, campesinos y activistas sociales, estuvo marcada por una ola de violencia política entre grupos de izquierda y derecha que dejaron al menos 70 muertos. La huelga culminó el miércoles en la noche tras un acuerdo entre el gobierno y los líderes sindicales, fue en protesta por las medidas de austeridad fiscal del gobierno dirigidas a lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Colombia busca asegurar un crédito por 3.000 millones de dólares con el FMI para reflotar la economía, sumida en la peor recesión en más de seis décadas y con una tasa de desempleo cercana al 20 por ciento la más alta de Latinoamérica. Según una encuesta publicada el jueves por el diario El Tiempo, 66 por ciento de los colombianos consultados consideró el paro de dos días como un fracaso, mientras el resto la catalogó como exitosa. "Los colombianos no tenemos posibilidad de participar en una democracia real pero con esto (la huelga) estamos abriendo caminos", dijo Wilson Borja, presidente del principal sindicato de trabajadores estatales, Fenaltrase. La huelga concluyó cuando representantes sindicales y del gobierno acordaron que se sentarán en varias mesas de negociación para estudiar un pliego de 41 demandas, que incluyen declarar la moratoria del pago de la deuda externa y la suspensión de las privatizaciones. Pero se consideraba improbable que el gobierno se abstendrá de ceder a la mayoría de las demandas y entidades empresariales advirtieron del peligro de que lo haga. "Ceder ante las pretensiones del movimiento sindical es condenar al país a otros cuantos semestres de decrecimiento económico con todo lo que esto implica en términos de desempleo y pérdida de actividad productiva", dijo al diario El Colombiano Francisco Pihedrahíta, presidente de la Cámara de Comercio de Medellín. "Un gobierno responsable no puede ceder en esas cosas. Puede ceder en algunos aspectos sindicales pero no en la esencia misma del paro, que es detener el proceso de ajuste fiscal", dijo Armado Montenegro, presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF). La protesta, al menos la decimotercera este año, coincidió con una de las más fuertes escaladas violentas desde una ofensiva rebelde en julio. Las autoridades dijeron que 50 guerrilleros, habían muerto en combates en una rica región petrolera al este del país entre el martes y el miércoles. En otros hechos, un grupo paramilitar derechista asesinó a 20 campesinos en el departamento de Antioquía al noroeste del país al parecer por simpatizar con la guerrilla izquierdista. En tanto unas 100 personas permanecían retenidas el jueves en una central hidroeléctrica al oeste del país por una facción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que reclama una reducción en las tarifas de electricidad.
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