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Expedientes X de la política panameña, ¿pactos?
Rodulfo Barrios Villar
Crítica en Línea
Para muchos panameños la manera como se ejecutan las maniobras políticas es incomprensible, sobre todo con la nueva alianza entre el Partido Revolucionario Democrático (PRD) y el Partido Demócrata Cristiano (PDC). Estos dos enemigos tradicionales de la política criolla conciliaron un acuerdo de tal magnitud que lograron colocar al actual presidente de la Asamblea Legislativa Laurentino Cortizo. Pero la extrañeza continúa cuando el actual presidente de la Democracia Cristiana, Rubén Arosemena aseguró que el acuerdo entre ambos colectivos no significa que se han olvidado del pasado. No obstante Ricardo Arias Calderón 8 días antes cuando se firmó el acuerdo META indicó que el pasado debía ser dejado atrás y empinarse hacia el futuro por el país. Aún continúan las cosas extrañas en la política y el adagio que profesa "en la política no hay sorpresas, sino sorprendidos" cobró vida el pasado viernes cuando , Martín Torrijos y Ricardo Arias Calderón se estrecharon las manos y se abrazaron. Pero la realidad es que pactos como éste se vienen dando en Panamá desde el 3 de noviembre de 1903, cuando liberales y conservadores, quienes habían peleado una guerra que ocasionó en el puente de Calidonia más de 1,000 muertes, logran una alianza y declaran la separación de Panamá de Colombia. En esta ocasión el Partido Liberal, que había perdido la guerra, se sentó con el Partido Conservador a la mesa de negociación y lograron el acuerdo. Curiosamente, surgen las figuras de los inconformes, quienes se transforman en disidentes, siendo el más famoso Belisario Porras, quien es perseguido por el presidente de la alianza Liberal-Conservador, Manuel Amador Guerrero. De ahí en adelante las alianzas entre enemigos políticos son variadas. También surgió el caso de Belisario Porras con Carlos A. Mendoza quienes, aunque no existió un documento conocido, habían llegado a otro acuerdo histórico. Según los anales, Mendoza, quien militaba en el Partido Liberal había apoyado a Belisario Porras en las elecciones de 1912; sin embargo, cuando se esperaba en 1916 que Porras devolviera el favor, este se retira y apoya al candidato Maximiliano Valdés en sus aspiraciones a lograr la presidencia, incumpliendo el acuerdo. Otro de estos casos fue entre el extinto comandante de la Policía Nacional, José Antonio Remón Cantera, y Arnulfo Arias, cuando en las elecciones de 1948 que tuvieron como protagonistas al liberal Alcibíades Arosemena y al líder panameñista, el militar apoyó al primero, quien falleció en 1951. Inmediatamente Remón, para no perder el control de la presidencia, negoció con Arias, quien había sido el perdedor de las elecciones de 1948 y le entrega las llaves del Palacio de Las Garzas. Para lograr tal objetivo, convoca al Tribunal Electoral y le ordena hacer un recuento de los votos de las elecciones del 48 y, para sorpresa de muchos, resultó que los mismos arrojaron como victorioso a Arnulfo Arias, pese a que Arosemena había sido presidente por dos años. Pero las negociaciones entre enemigos no son exclusivas de Panamá. Uno de los ejemplos clásicos se dio en Estados Unidos, cuando Bill Clinton aprobó el Tratado de Libre Comercio (TLC) con México y Canadá. En esta ocasión los miembros del Partido Demócrata rechazaban la aprobación de este acuerdo; sin embargo, los republicanos el tratado, por lo que Clinton tuvo que recurrir a éstos, quienes de paso representaban la mayoría en el Congreso de Estados Unidos (EU), para concretizar este acuerdo comercial. Según el sociólogo Marcos Gandásegui, pese a este acuerdo entre el PDC y el PRD, los partidos políticos en general tienen una relación "muy endeble" con la sociedad en su conjunto. Aseguró que los colectivos de tipo político son muy autónomos y no responden a una línea de control por parte de la ciudadanía. Gandásegui agregó que en ese sentido el PRD y PDC "pactan, negocian y acuerdan independientemente de la opinión pública y de las bases de sus partidos". Esta actitud no es una novedad y, además, es parte de nuestra historia que compartimos con otros países del área, expresó el sociólogo. "Si la Democracia Cristiana y el PRD le hubieran dicho al país que con motivo de estas negociaciones iban a poner fin al sistema corrupto de partidas circuitales, creo que todo el pueblo panameño habría aplaudido, y es el momento para hacerlo", señaló. Gandásegui estimó que ante la evidente falta de acción o mención de ambos colectivos con respecto a las partidas circuitales, "ni el PRD ni la Democracia Cristiana tienen el menor interés de tocar esas partidas". Mientras tanto el exministro de Trabajo y miembro del PRD, Mitchell Doens aseguró que en nada ha visto que su colectivo salga beneficiado con el acuerdo META. Para Doens hasta el momento se ha presentado la oportunidad para la mayoría de los colectivos del país, menos para el PRD, que sólo ha obtenido la segunda vicepresidencia y "alguna que otra cosita por ahí". "En primer lugar no estoy claro cómo nació esa alianza, ni estoy muy claro cuál va a ser su futuro... y fue un viraje abrupto", indicó. Agregó que en el caso de la mandataria Mireya Moscoso y su actual situación, "debo decir que el Ejecutivo no perdió", ya que el presidente de la Asamblea fue Laurentino Cortizo, propuesto por ella misma hace un mes. Señaló también que, por otro lado, la Democracia Cristiana mantiene sus espacios políticos dentro de la Asamblea, calificando esta acción política como "inteligente". "También veo que Alberto Vallarino ha ganado un espacio, que antes no lo tenía, de poder reinsertarse nuevamente en las filas del arnulfismo y que le abre buenas perspectivas para sus aspiraciones presidenciales en el 2004, en donde se requiere obviamente de un partido grande", afirmó Doens. El perredista advirtió también que nada le garantiza al CEN del PRD que la Democracia Cristiana vaya a cumplir al pie de la letra con lo acordado en META. Cincuenta años después, otro periodista contará esta historia, y sabrá decir cuáles habrán sido las consecuencias y qué grupo sobrevivió.
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