Los cadáveres de 16 hondureños que fueron víctimas de la matanza de 72 inmigrantes perpetrada en México el pasado día 22 llegaron a Tegucigalpa en medio de la conmoción de sus familiares.
El presidente hondureño, Porfirio Lobo, y otros funcionarios del Gobierno, recibieron los cuerpos junto a familiares de las víctimas en la Base Aérea de Tegucigalpa, a donde llegaron los féretros en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana.
Lobo calificó de "inmensa tragedia" para Honduras la muerte de los 16 hondureños.