Todas las mujeres, a partir de los 18 años o antes, si se vuelven sexualmente activas, deben incluir la visita al ginecólogo entre su agenda de prioridades.
Pero a veces, la sola idea de pensar en el profesional como alguien desconocido al que debemos enfrentar por primera vez, genera miedo, vergüenza o estrés en algunas chicas. Y eso dificulta la elección, y hace que en ocasiones, el control de la salud se postergue o se deje de lado.
El sitio Salud Femenina publicó una serie de cuestiones que pueden ayudar a definir la elección:
- Género: para muchas pacientes, el ginecólogo hombre representa un gran tabú cuando, en la práctica, el profesionalismo no depende del género del profesional.
- Practicidad: suele convenir que la elección del ginecólogo esté basada, no sólo en factores como la trayectoria y referencias, sino en necesidades personales.
- Referencias: la recomendación del médico de cabecera puede ser útil, o que directamente la remita a alguien de su confianza.
También es bueno recurrir a familiares o amigas. Ésta es una buena decisión si ellas tienen expectativas similares a las suyas.