El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, defendió ante el Parlamento su nuevo gabinete, que según sus palabras ha diseñado para reavivar la economía nacional y luchar en el exterior contra los "arrogantes" y en favor de los oprimidos.
Ahmadineyad abrió la sesión para el voto de confianza, que se perfila como un examen de la capacidad de maniobra que tiene el presidente, criticado, tanto por la oposición reformista, como por un amplio sector de conservadurismo moderado.