El pensamiento de cada obrero al entrar al trabajo, debe ser "cómo voy a producir menos y cómo voy a destrozar todo lo que esté en mi alcance cuando el perjudicado soy yo mismo".
Hay que luchar hoy, y luchar por todos los medios para evitar el caos que pretende asolar sin piedad al país.
Siempre se ha pretendido abatir la magnífica conciencia de la lucha de las masas obreriles sometiéndolas a pruebas de terror y de martirios científicamente organizados. Y en su intento por someterlas se ha recurrido a los procedimientos más viles, cobardes y repugnantes.
Nada ha habido ya que no haya sido intentado por los opositores de la paz nacional. El terror desatado en todo el país, ha llenado de luto y dolor a millares de familias, siendo de estas incontables las que hallan privado de seres queridos debido a los crímenes parcializados y cometidos por los asesinos despiadados y los verdugos que han sembrado y abarrotado las cárceles en todo el territorio nacional: Las detenciones no cesan. Con las falsas promesas que han dado, han pretendido demostrar al pueblo que las luchas son utilizadas para lograr el bienestar económico del país y la seguridad social.
La unidad de la Agrupación Obreril está justificada por un propósito superior de lucha, ya que lo que está en peligro es la vida de sus integrantes. A nadie se le pide que reniegue de sus convicciones políticas o religiosas, ni que adhiere de sus propósitos políticos futuros, como nosotros los líderes no renunciamos a los nuestros; pero hoy que comprenden que Panamá reclama de todos sus hijos la mayor cooperación y solidaridad de las agrupaciones revolucionarias sin la no violencia.
En las actuales luchas hemos podido ver la catástrofe creada: Muerte de dos hermanos humildes obreros. Que hoy se les guarda respeto y consideración, pero que mañana será un olvido total y no pasó nada.