MENSAJE
"Angela de la cuerda floja"
Hermano Pablo
Costa Mesa, California
La cuerda se puso tensa. La
banda tocó un redoble de tambor y el público retuvo el aliento.
Las luces del circo se apagaron, y un reflector enfocó a Angela Wallenda.
La muchacha comenzaba su número en la cuerda a 8 metros de altura.
Esa sería su despedida, la última noche que actuaría
ante el úblico, porque Angela Wallenda estaba muriendo de cáncer.
Ya le habían amputado una pierna y le habían quitado parte
de un pulmón. Pero Angela, esposa de Stephen Wallenda y madre de
un hijito, no había perdido su fe y su entereza. Aunque venía
de una familia de trapecistas con una larga trayectoria, y en el crico caminaba
sobre una cuerda floja, no es así en la vida fuera del circo. En
la vida caminaba sobre su fe en Dios y sobre una confianza firme en una
vida mejor.
Son dignos de admiración los trapecistas que caminan sobre la
cuerda floja en los circos. Cada noche de actuación, con cada número
que presentan, se juegan la vida. Aunque son muy pocos los que se caen,
siempre existe el peligro de un paso en falso, y la muerte siempre los espera
abajo, a 8 ó 10 metros de distancia.
Asimismo hay muchas personas que, aunque nunca se han balanceado sobre
una cuerda y que jamás escogerían esa profesión, caminan
sobre una cuerda floja. Es la cuerda floja de la incertidumbre de la vida.
Para algunos es la incertidumbre de su salud. No saben qué síntomas
van a sentir mañana, o si morirán de esta o aquella enfermedad.
Otros viven en la incertidumbre matrimonial. No saben si el esposo o
la esposa estará mañana todavía en la casa, o si se
escapará con otra ilusión que destruirá trágicamente
el hogar.
Aún otros viven en la perpetua incertidumbre de su situación
económica. No saben si la vida tomará un giro favorable para
darles todo lo que desean. O si podrán contar con lo indispensable
para sus necesidades diarias.
Muchas personas viven con un temor agobiante de lo que les espera después
de la muerte. No quieren ni pensar en eso, y prefieren cerrar ojos y oídos
antes que hacerse la pregunta: qué será de mí cuando
muera?
Esas son las personas que caminan sobre la cuerda floja. Pero Cristo
quiere darles a todos una base firme, estable, segura. Es la seguridad de
la fe y la confianza. Creer en El es andar con confianza, seguridad y paz.
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