Tal vez sea el fenómeno más impresionante y prodigioso que la naturaleza nos pueda ofrecer, dar la vida y continuar su sostenimiento, acoplando el cuerpo en dirección del resultado industrioso, interviniendo la química orgánica como máximo catalizador de los fines obtenidos.
Los nutrientes derivados de animales, plantas y minerales son contribuyentes de los bloques poderosos de carbohidratos, grasas y proteínas que sostienen la vida humana.
Ese laboratorio portento y misterioso laborando en silencio, efectuando las interacciones adecuadas, cumple rutinariamente sustentando la vida, cuyos patrones indiscutibles los tenemos afianzados en la generación del calor y energía. Al amparo de esta fogosa actividad se experimentan las cuidadosas selecciones internas que no pueden perderse en las inexactitudes matemáticas, para evitar caer en desórdenes desajustados de los trastornos sufridos comiendo sin medida. Somos responsables de lo que hacemos, también debemos ser responsables de lo que comemos en las debidas cantidades promediadas. Comer para vivir es la meta, no vivir para comer.
Las atrocidades son calamitosas, casi siempre. Tengo completas razones para pensar que de una dieta variada y una ración ajustada podremos sin dudas lograr una larga vida, fuera de las penalidades orgánicas que ajustician con frecuencia la tranquilidad personal. Me devano los sesos en la realización del imparcial examen de cuyas complejidades aflora la siguiente pregunta, ¿Qué hará el que es saludado por el sol mañanero y no tiene los componentes indispensables para calentar la paila? ¡Macabra realidad! Esta impotencia económica diezma al que no tiene medios de subsistencia adecuados.
Los carbohidratos son fuentes inagotables de calor y energías concentradas en los alimentos ricos en almidones que al ser intervenidos por las enzimas quedarán reducidas en azúcares. Las carnes contienen miosina, proteína que forma la fibrina muscular, confiriendo a los músculos su elasticidad otorgada de facultativos movimientos. Nuestro sistema celular recibe la aportación energética encargándose de distribuir los nutrimentos a los diferentes órganos , para que la vida continué su diario laborar.
