No está bien pedirle al público nacional que de todas formas consuman bienes artísticos nacionales, privándose de los extranjeros, con la excusa de que "hay que consumir el producto nacional".
En una gran mayoría de los casos, lastimosamente, ni la música ni el teatro ni la televisión ni los libros nacionales son los mejores. Hay algunas muestras muy buenas, pero en términos generales los que se hace deja mucho que desear. Lo correcto es sugerirle al público que acepte mirar, oir, leer y disfrutar de los nacional, sin menoscabo de las obras extranjeras.
A los nacionales se les pide competir de buena lid, poniendo lo mejor de sí para ofrecer productos de calidad a sus compatriotas. Los escritores de textos escolares intentaron hace poco prohibir la circulación en Panamá de libros extranjeros, obligando a los niños nacionales a consumir de todas formas lo que aquí se produce.
Así no son los cosas. Que compitan, y si son buenos, se leerán. Lo mismo vale para los escultores, pintores, escritores, compositores y demás: no esperen sentados en la comodidad del poco esfuerzo que el público nacional les atienda. Deben producir, y producir bastante y de buena calidad, para que compitan y logren la atención. |