El más sonado caso de corrupción en la historia reciente del país se encontró con otra traba ayer, cuando el Magistrado fiscal en el caso, Alejandro Moncada Luna, pidió a sus colegas de la Corte Suprema de Justicia que decidan si no debe quedar impedido. Esto, dos días después que él mismo ordenara la indagatoria del ex presidente Martín Torrijos.
El abogado del ex mandatario, James Bernard, ha presentado una recusación contra Moncada, con el argumento de que un primo del magistrado (Gonzalo Moncada Luna) fue abogado del diputado Carlos Afú, quien inició todo el escándalo del CEMIS. Además, Moncada era miembro del mismo partido de Torrijos -el PRD- hasta 2009.
La Corte ha ordenado la suspensión temporal de la investigación del CEMIS, y cuando todo parecía que el caso tomaría impulso, ahora todo ha caído en un bache, por quién sabe cuánto tiempo.
Cómo un magistrado con aparente conocimiento de todos los pormenores del caso y de su propia relación con los involucrados, ordena una indagatoria para luego preguntar si está impedido, es algo que amerita una muy buena explicación.
Por supuesto que quienes durante años han reclamado cambios en el método de elección de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, y quienes han cuestionado los nombramientos en la Corte del Presidente Ricardo Martinelli señalarán: "Lo dijimos".
Y tendrán razón.