Rusia subió a lo alto del podio para acentuar su dominio tradicional en la gimnasia rítmica por conjuntos, que mantiene desde Sydney 2000 y a donde llegó China, impulsada por su evidente mejoría competitiva y por su condición de anfitrión.
Las rusas, que solucionaron sin brillo y sin aspavientos su trasvase desde la ronda de clasificación, fueron las mejores en la final. Superaron al resto en los dos ejercicios presentados en la final. Sumaron 35.550 puntos, por 35.225 de China, que fueron plata y 34.900 de Bielorrusia, que obtuvo el bronce.