Panamá cayó por primera vez en la Copa del Caribe ante la selección campeona del mundo de la especialidad: México.
Muchos dirán que regresamos a nuestra realidad y que Panamá quedó como el hombre mujeriego que se levanta a muchas mujeres pero nunca logra tener nada con la imposible.
Es cierto que el equipo Sub-17 masacró en sus primeros partidos a rivales de menor envergadura como Santa Lucía, Angilla y Puerto Rico. Que en esos compromisos anotamos 26 goles y nuestra valla no fue vulnerada, y según me contaba ayer Rolando González, delegado del equipo en Trinidad y Tobago, de esos tres equipos el que presentó mayor resistencia fue el de la "Isla del Encanto".
Pero está claro que a medida que uno va superando escollos las cosas se ponen más difíciles y eso fue lo que sucedió ayer. Perdimos ante México, pero no es para alarmarse.
A destacar lo positivo. El equipo mantuvo su racha anotadora, el campeón del mundo no nos arrolló, nos quedan dos partidos más ante Jamaica y Canadá, vamos a asegurar como mínimo seis partidos en el certamen, lo que garantiza un fogueo de calidad de cara a lo que interesa a este selección: la eliminatoria de UNCAF a realizarse en el mes de octubre en El Salvador rumbo al Mundial de Corea.
Allí sí vale conquistar a la chica imposible.