Hoy le entregaron su auto último modelo. El plástico del asiento lo deja pegado para que la gente vea que es de 'paquete'. Lo pasea por la avenida. Nota que el combustible se agota. Acude a una estación de gasolina y dice el despachador: "Por favor llénelo con gasolina de 95 octanos". Arranca el motor y se va...
Cualquiera diría que el conductor de este auto es una dama, pues es cierto que nuestras mujeres, después de comprar un automóvil, sólo le echan gasolina. Esto es cierto, pero más cierto es que también existen muchos hombres que no se bajan de los vehículos para no sudar con el ardiente sol.
Ellos prefieren vivir dentro de sus carros, refrescándose con el aire acondicionado, es por eso que al momento de sufrir un desperfecto, ya sea una llanta ponchada o cualquier problema mecánico, su solución está en sus dedos, no en sus manos porque prefieren llamar a un mecánico en vez de tratar de reparar el asunto.
Es lógico que cambiar una llanta no es de una dama, pero hay mujeres valientes que sí lo saben hacer. El colmo de males, amigo, es que si a usted le ocurre esta situación no sepa usar un 'gato mecánico' para cambiar un neumático.
Conviértase en un buen panameño. Ensúciese porque tarde o temprano estará en un lugar donde no habrá cobertura celular y usted, y los que van en el auto dependerán de su rápida acción. |