Al leer las Tablillas Sumerias nos enteramos de otras realidades, muy diferentes a lo que nos enseñan las Ciencias Modernas. Tal es el caso del origen del petróleo y de nuestro Sistema Solar.
Los sabios de la de la antigüedad nos relatan en las Tablillas Sumerias, que nuestros planetas fueron formados por emanaciones de nuestro Sol. Primero se formó un planeta, llamado Tiamat, que giraba en la órbita en donde gira hoy, el Cinturón de Asteroides. Este planeta fue de menor tamaño que Júpiter, pero más grande de lo que hoy es la Tierra. Luego se formaron, también por emanaciones de Sol: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Como observamos, al inicio no existía ni Plutón ni la Tierra. Plutón era el más alejado de los satélites de Saturno.
Tiamat fue dotada por el Sol de grandes y ricas vetas de oro; poseyendo, además, once Lunas, la mayor llamada Kingu.
De un sol cercano a nuestro Sol, se desprendió el más alejado de sus planetas y fue atraído por nuestro Sistema Solar. El intruso planeta entró girando en sentido contrario al que giran los planetas de nuestro Sistema Solar. El desconocido planeta era un poco más grande que Tiamat, pero muchísimo más pesado. Un alfiler hecho con un metal del extraño planeta, en la Tierra pesa 50 Kilos.
La fuerte atracción del pesadísimo planeta abrió una enorme grieta en Tiamat, por donde se introdujo uno de los satélites de Nibiru; nombre del nuevo planeta. Este satélite de Nibiru estaba conformado por grandes mares, no de aguas, sino de Petróleo.
En la siguiente vuelta, el planeta TIAMAT fue partido en dos. La parte superior fue chocada por otro satélite de Nibiru y llevada a una nueva órbita, entre Marte y Venus, para formar nuestro planeta Tierra.
Junto con la Tierra fue arrastrado su principal satélite, llamado entonces Kingu, hoy la Luna.
Los restantes 10 satélites fueron arrastrados por Nibiru y formaron los cometas. NIibiru también arrastró a Plutón, que era satélite de Saturno y lo dejó más allá de Neptuno, convirtiéndolo en planetoide. La otra parte del original Tiamat fue chocada por Nibiru, volviéndola pedazos, convirtiéndose en el Cinturón de Asteroides.
