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Comarca Ngöbe Buglé  |
Con caminos de difícil acceso, condiciones deplorables y de extrema pobreza, la Comarca Ngöbe Buglé cuenta con 111 acueductos rurales que garantizan que el 67% de los integrantes de la etnia tengan el privilegio de consumir agua potable.
De acuerdo con Caridad Herrera, directora regional de Salud de la comarca, unos 11 mil 634 habitantes en el distrito de Muná han sido beneficiadas con los proyectos de acueductos rurales, representando 140 comunidades en 19 corregimientos.
PROYECTO
Herrera explicó que estos proyectos se han realizado a un costo de B/.1 millón 56 mil 957, financiados mediante préstamos del Banco Mundial y convenios establecidos entre el Ministerio de Salud (MINSA), el Club Kiwanis y la UNICEF.
En el año 1995, UNICEF comenzó a realizar los estudios con KIWANIS y el Ministerio de Salud para levantar proyectos y llevar agua a las poblaciones del oriente chiricano.
Con la Ley 7 del 7 de marzo de 1998, que creó la comarca Ngöbe Buglé, se comenzaron a girar los recursos para llevar agua a las comunidades indígenas de estas áreas.
El distrito de Muná representa una de las regiones indígenas con mayor población que asciende a 23 mil habitantes y cuenta con grandes necesidades.
"Cada acueducto oscila entre los B/.7 mil a 9 mil y depende del kilometraje de la red de tubería instalada en cada comunidad, tal es el caso de Cerro Algodón que cuenta con una línea de 12.5 kilómetros de distancia", dijo.
Por otro lado, destacó que los materiales para la construcción de los acueductos fueron trasladados mediante la participación comunitaria entre niños, mujeres y hombres que cargaron al hombro todos los materiales que se necesitaban por caminos empinados y de difícil acceso entre cerros y quebradas.
"La calidad de agua es óptima, porque se colocaron en cada acueducto clorinadores de líneas, para garantizar un agua tratada y clorificada a las comunidades indígenas", sostuvo.
CALIDAD
Herrera sostuvo que las enfermedades de origen hídrico han disminuido con el aumento de los acueductos rurales en estas apartadas zonas, pese a que aún se encuentran algunas contaminaciones productos de la defecación de los nativos en lugares inapropiados.
Por su parte, Eduardo Atencio, jefe regional de Agua Potable de la comarca, indicó que pese a la falta de energía eléctrica se construyeron los acueductos en la comarca por gravedad es preciso determinar a través de un estudio topográfico los diseños de la captación y los tanques de almacenamiento, se hizo posible la materialización de la idea.
Explicó que para realizar un proyecto de esta envergadura donde no existe energía eléctrica hay que buscar el financiamiento por parte de ONG u organismos internacionales.
Todos los proyectos de acueductos en la comarca se hicieron por gravedad, en que se busca una elevación de la fuente o riachuelo, utilizando la ley de la gravedad se envía esta agua al tanque de reserva y luego se distribuye a las comunidades, precisó.
"Es un sistema sencillo que depende de la altura de la captación para lograr una buena presión de agua, sin embargo, las comunidades que están a mayor altura de la captación no se le puede suministrar agua", señaló.
Mencionó que el proyecto de Cerro Algodón fue el de mayor costo que involucra 12.5 kilómetros de distancia entre la captación y la comunidad.
CAPTACIONES
Atencio indicó que los estudios se hacen en tiempo de verano para garantizar que no falte el agua a la comunidad, no obstante, se han encontrado lugares donde podemos encontrar acueductos que necesitan más de una captación de agua.
"Las captaciones se hacen mediante un concreto armado que posee rebosadero, válvula de compuerta, tapa de inspecciones, luego de allí conduce el agua a un tanque de almacenamiento y posteriormente se distribuye mediante las conductoras a las comunidades por gravedad", explicó. Además añadió que es obligatorio que la captación y el tanque de almacenamiento estén a una altura superior a la población.
Por su parte, César Castillo, supervisor regional de Salud del área Ngöbe Buglé, dijo que para que exista una disponibilidad de agua potable debe estar libre de gérmenes patógenos. Aclaró que en Muná las letrinas no van a la par con el agua potable, ya que los indígenas por tradición acostumbran hacer sus necesidades al aire libre, de manera que las lluvias pueden llevar estos gérmenes a las fuentes de agua causando perjuicio en un momento dado.
Recomendó que es importante la construcción de las letrinas, para evitar enfermedades infecciosas, de la piel y diarreas. |