EDITORIAL
Crisis de Gabinete
Aunque los ministros de Estado insistan en asegurar que no hay una crisis Gabinete, el solo hecho de poner a disposición de la mandataria Mireya Moscoso sus cargos, demuestra la magnitud de la situación que se vive en las esferas gubernamentales. Pero los cambios que se produzcan de nada van a servir si se mantiene la falta de coordinación y la ausencia de liderazgo. Los ministros que se queden o los que vengan, deben ser capaces de superar el laberinto que constituye la burocracia estatal, en pocas palabras, deben ser verdaderos ejecutivos de los planes trazados por el gobierno. Después de casi un año de gobierno, el pueblo está cansado de las excusas. Primero era la falta de presupuesto, luego había que esperar la definición del uso del Fondo Fiduciario y ahora no sabemos cuál será el argumento para no actuar. Panamá tiene importantes proyectos que debe poner en marcha, como la construcción del tercer juego de esclusas y el nuevo puente sobre el Canal de Panamá, por lo que el gobierno debe despertar del letargo en el que vive desde el 1 de septiembre de 1999. La celebración del primer año en el poder debe llevar a la mandataria Moscoso a evaluar los logros y errores de su gestión, para hacer las rectificaciones. Todavía hay tiempo, pero se debe actuar con rapidez, no dejar las cosas para mañana, cuando sea tarde. Algunos analistas opositores alegan que la llamada crisis de Gabinete es una cortina de humo ante los serios problemas que enfrenta el país, quizás tengan algo de razón, pero nadie duda que el gobierno debe hacer algunos ajustes para introducirle dinámica a su trabajo. Las nuevas figuras que ingresen al equipo ministerial deben ser hombres y mujeres capaces, con talento y que no se amparen en excusas al momento de trabajar. La militancia política debe ser secundaria, porque primero es la Patria. La crisis de Gabinete se suma a la impredecible situación que se registra en la Asamblea Legislativa, donde a 14 días de elegir a su nueva directiva, no se percibe ningún triunfador. A esto hay que añadirle la propuesta del asesor presidencial Mario Galindo para dotar al país de una nueva Constitución. El clima político está enrarecido. Ojalá que los dirigentes del gobierno y la oposición sean sensatos en sus decisiones, para evitar que las dificultades que padece el país, se profundicen.
PUNTO CRITICO |
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