TEMAS DE ACTUALIDAD
Recordando al maestro Ricaurte Soler
César Julio González
Estudiante de Filosofía (UP)
Ean transcurrido ya cuatro
años de su deceso y me parece que fue apenas ayer cuando nos encontramos
en el curso de "Panamá en el mundo americano", que él
dictaba y yo, como el resto escuchábamos. Cuatro años han
desde que su materia y su energía transformáronse en otra
cosa, siguiendo con el proceso normal de la naturaleza.
Me parece que, al navegar en el tiempo, hace tan sól un instante
conversábamos acerca de los problemas del país. Solía
comentarle algún plan para que el país marchase mejor, con
la inquietud de estudiante preocupado por el futuro de su patria; y él,
que parecía mirar siempre hacia el futuro y conocía de sobra
nuestro pasado, me decía en ese presente "has descubierto el
agua tibia".
Ricaurte Soler, maestro de maestros que sigue enseñandonos y dándonos
lecciones en cada una de sus obras, que en esencia encierran su gran preocupación
y amor no sólo por el país, sino por la patria grande, nuestra
América Latina. Y es que cada una de ellas es un llamado al despertar
de la "dogmaticidad" de nuestra existencia como pueblo; es un
llamado a la conciencia de nuestra realidad subdesarrollada.
Aun recuerdo aquellos días de protesta, y cierre de calles que
él, durante la clase, aprovechaba para hacer alusión a aquellos
días de su juventud en que le tocó ser un protestante siembra
banderas junto a algunos de sus amigos y compañeros de ideas, hoy
profesores de nuestra máxima casa de estudios.
Recuerdo aquella tarde de lluvia necia cuando habiendo terminado la clase,
dictada por el maestro Soler, yo seguía haciendo valer el costo de
mi matrícula llenándolo de toda clase de cuestionamientos
e inquietudes, mientras caminaba a su lado por todo el pasillo del edificio
viejo de la Facultad de Humanidades, hasta llegar al edificio nuevo, al
llegar a la entrada principal nos detuvimos, pero seguimos conversando,
fue entonces cuando lleno de valor y entusiasmo le pedí, un tanto
temeroso, que me diese autorización para escribir, yo, un simple
estudiante de primer año. Fue entonces cuando puede captar esa forma
tan particular de sonreír que reflejaba en su rostro, no me sentí
incómodo porque sabía que no se reía de mí,
sino que con esa sonrisa poco común que resaltaban mucho más
sus sabias arrugas; y esa mirada profunda enfocando hacia el futuro me decía
que aún faltaba mucho por hacer, mucho por dar a la patria y al mundo.
Con mucho dolor en el alma debo confesar que poco tiempo después
de aquella charla con Soler y mi atrevida propuesta, Soler falleció.
Sí, falleció justo cuando su intelecto navegaba en un mar
infinito de proyectos y tareas, las cuales, con su partido al "no mundo",
quedaron huérfanas; sin embargo, es deber de todos aquellos que de
una u otra forma nos consideramos herederos del pensamiento soleriano retomar
los proyectos y tareas dejados, involuntariamente, en horfandad por el maestro
y darles continuidad a sus ideas, enmarcadas siempre en una línea
de pensamiento, más que nacionalista, latinoamericanista.
Es cierto, el maestro, como ser humano material, ya no está. Pero
sigue mostrándonos el camino de la independencia y la autodeterminación
de nuestros pueblos en cada una de las ideas reflejadas en todos sus planteamientos,
en todas sus obras.
De tal manera que podemos decir que, de una u otra forma, el maestro
Soler vive, que su desaparición, comparada al rascacielos ideológico
que él nos legó, es algo aparente; un accidente reflejado
en la realidad imperfecta de éste nuestro imperfecto mundo. Sus ideas
deben ser el ejemplo vivido a seguir por nosotros los de ahora y un ejemplo
que debe continuar vivo y enseñado a las futuras generaciones, claro
ahora con todas las modificaciones y críticas que el mismo implica,
ya que como el mismo Soler, somos conscientes del proceso dialéctico
que se da en las cosas, porque si bien es cierto que las ideas nunca mueren,
las mentalidades, como parte del proceso de dialecticidad de la vida, tienden
a cambiar y por lo tanto a modificar e interpretar las ideas fundamentales,
sin que las mismas pierdan su esencia.
En estas breves líneas se ha hecho un intento por parte de un
humilde estudiante, de recordar y tratar de interpretar a la persona y al
pensamiento del maestro Dr. Ricaurte Soler.
"Hasta la victoria siempre".
|
|
AYER GRAFICO |
Más de 75 mil trabajadores construyeron el Canal de Panamá. |
|