Desde el momento que nos conciben nos cuidan, nos orientan, nos disciplinan y nos alimentan, nuestros padres nos aman con toda su alma y por eso quieren que tengamos las mejores cosas del mundo.
A pesar de sus buenos tratos y enseñanzas, hay quienes se vuelven cuervos y dejan a un lado a ese ser que tanto dio por ellos.
Ese es el caso de algunos hijos que se pelean para no atender a sus progenitores.
Frases como "él ya vivió ... ahora me toca a mí", "no tengo tiempo", "tengo muchas resposabilidades" o "yo estoy enfermo también" son expresadas por estos ingratos.
Lo que se olvidan estas personas es que el tiempo no perdona y por todos pasa y cuando ellos menos lo piensen serán también ancianos, aplicándose en ellos la sabias palabras que guarda la Biblia "lo que siembres cosecharás".
Después se preguntan por qué la vida es tan cruel y les niega lo que tanto desean.
Si es ese su caso, observe a aquellos buenos hijos, los que quizás no viven una situación grata, sin embargo siempre tienen en el rostro la satisfacción de haberle le dado lo mejor al gestor de sus días.
Evite el discutir con sus hermanos sobre quien debe atenderlos ésta o la otra semana.
Recuerde que su padre ofrendó sus mejores años por usted y por la patria, por lo tanto es su deber ciudadano el ayudarlo a que en sus últimos días por este mundo sean los más dignos y mejores.usted. |