Edgardo Jiménez Romero debutó en las letras panameñas con la novela "Vicio de un destino", en la que "nos permite acercarnos a una realidad ficcional debidamente estructurada, creíble y autónoma que parodia, emula e ironiza a la realidad", según Rodolfo de Gracia.
De Gracia, Yodalis Cedeño y Marissa Córdoba fueron los primeros lectores que presentaron en público a esta nueva criatura, en un acto realizado en la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero R.
OBRA DESTACADA
"Vicio de un destino" obtuvo mención de honor en el Concurso Ricardo Miró 2001.
"La diversidad de elementos que el escritor toma en cuenta, propios todos de la idiosincrasia latinoamericana y muy reconciliables con las vivencias de la sociedad panameña, atribuye a la obra un sello personal y le da también esa fuerza que la narración necesita cuando su temática es tan multivariada como la que aquí se nos ofrece", señala De Gracia en su comentario.
Y añade que esta obra "es una sátira de la realidad, una crítica contra los sistemas obsoletos, enajenantes y empobrecedores desde la perspectiva política y económica; pero también es un hervidero de pasiones, una amalgama de caracteres, de esencias de vida".
Para Yodalis Cedeño "Vicio de un destino pretende mostrar una parte de nuestra identidad de pueblo y nación, con todas las variables de una historia imperfecta y necesaria por todos los hombres y siglos que han pasado delante de nuestros ojos".
La historia - según Cedeño - se desarrolla en tres pueblos: Sirene, Taconio y Salobre, puntos geográficos de una República Latinoamericana, que representan las diversas posturas de los pueblos ante las situaciones de poder político y social versus el bienestar, la democracia y la libertad de cada hombre como ideal último e imperecedero".
Según Marissa Córdoba, la novela de Edgardo Jiménez Romero "ofrece una visión panorámica del fenómeno socio-político de nuestros pueblos latinoamericanos sometidos por sus propias decisiones a una historia reiterativa de regímenes gubernamentales que pronto olvidan las promesas electoreras o revolucionarias para concentrar sus energías en la persecución del provecho egoísta de quienes en turno ostentan el poder".
"La vida de los habitantes de Sirene, Taconio, Salobre y la Capital oscila entre la tragedia y la incertidumbre; asimismo, es una pintoresca representación de la frescura, picardía, hablar folclórico y acomodo típico que nos identifican como parte de un conglomerado social, no así como una sociedad articulada capaz de defender su condición de Nación".
El autor de la obra, Edgardo Jiménez Romero, culminó el acto con un discurso espontáneo en el que planteó su visión acerca de la sociedad actual, de la democracia, sistema político que, a su juicio, está en proceso de perfeccionamiento, y de otros temas relacionados. |