Voy a referirme específicamente a la reciente tragedia donde murieron cuatro obreros de la construcción.
Señor Genaro López, señor Saúl Méndez, y todo el resto de la directiva del SUNTRACS... Este columnista, independientemente del respeto y el reconocimiento que ustedes le merecen, a la luz de sus tantas y constantes luchas reivindicativas, quiero traer a su atención algunas acotaciones las cuales espero interpreten como una sana y constructiva crítica de mi parte.
Hace tiempo que ustedes, como dirigentes sindicales, representantes de uno de los sectores obreros más sacrificados dentro del movimiento obrero organizado, deberían haberse puesto el casco de la autocrítica, aceptando que no todos los accidentes de trabajo ocurrido a sus compañeros, han sido por la falta de equipo o aparejos de seguridad. De hecho, en este último y lamentable caso, soy de la opinión que el mayor culpable y responsable es el capataz, o maestro de obra, importante todavía, es SACAR ESA TAREA CON EL MÁXIMO DE SEGURIDAD PARA EL PERSONAL: Es evidente que en el caso que nos ocupa, hubo descuido, negligencia y falta de conocimiento por parte del capataz, quien no pudo - o quizás no supo - reconocer un peligro eminentemente elemental.
Yo le recomendaría a ustedes, señor López y señor Méndez, que, por un lado, intensifiquen la capacitación a sus miembros, especialmente a sus capataces para que tengan el suficiente conocimiento no solo para ser "pushers", sino también para que tengan suficiente jerarquía (don de mando) para suspender esa parte de la obra que representa un peligro, si con esa acción se garantiza la integridad física de sus compañeros.
Por otro lado, usted, señor Méndez, como Secretario de Defensa, asuma su responsabilidad, y en vez de cerrar calles en una protesta "a posteriori" (después) de ocurrido un accidente, salga ANTES y apoye a sus compañeros ordenando, cuando así se amerita, la paralización de aquellas actividades que usted haya identificado como peligrosas. Esto es ser solidario tanto con sus compañeros de trabajo como con sus familiares. ¡Au Revoir!