El anuncio de que 11, 000 presos dejarán los presidios durante el próximo fin de semana a causa del Día del Padre ha abierto un frente de polémicas en Sao Paulo, ciudad que sufre una dura ola de violencia desatada por mafias de presidiarios.
La liberación temporal en vísperas Día del Padre es una costumbre en el estado de Sao Paulo y beneficia sólo durante un fin de semana a reclusos de buen comportamiento, que deben regresar a prisión el lunes siguiente.
El gobernador de ese estado brasileño, Claudio Lembo, se mostró hoy a favor de mantener el permiso, pues considera que "no se puede demostrar miedo ni espíritu de venganza" frente a los reclusos.