Hostigamiento sexual laboral: todo por hacer
Agencias
Internacionales
Ninguna mujer en México podría afirmar que nunca ha sido víctima del hostigamiento sexual y estar diciendo la verdad. Sin embargo, el hostigamiento sexual es un delito tan difuso, tan inaprensible, tan incorporado a nuestra cultura, que muchas mujeres lo dejan pasar, lo sufren con resignación o ni siquiera reparan en él. Por esta razón, Mujeres en Acción Sindical ha emprendido una campaña para abatir el hostigamiento sexual en el ámbito laboral. El hostigamiento sexual es una conducta con implicaciones sexuales no solicitada ni deseada; se ejerce en contra de la voluntad de la otra persona. Esta conducta es ejercida con violencia, impuesta que genera malestar y sentimientos displacenteros y de humillación. El hostigamiento puede darse de forma verbal o física, ocurrir en cualquier lugar y básicamente es una demostración de poder con la que se busca intimidar o presionar a una persona. "El hostigamiento no sólo se presenta en el ámbito laboral, también se da en la casa, la escuela, la calle, pero en esta campaña nos hemos enfocado al ámbito laboral, aunque también hemos recibido denuncias de estudiantes que han sido hostigadas por sus profesores a cambio de acreditar una materia o no tener obstáculos para estudiar", agrega Yolanda Ramírez. Como ocurre con el delito de violación, las escasas víctimas del hostigamiento sexual que deciden poner una denuncia penal se enfrentan a la incomprensión y la sorna de funcionarios y a procesos jurídicos largos en los que se insiste en que quizá "ellas provocaron". Pasa lo que con delitos sexuales como el abuso y la violación en los que primero cuestionan tu credibilidad y después, quizá, te hacen caso. Primero preguntan: ¿usted qué hizo, coqueteaba, es divorciada? Esta actitud hace que muchas mujeres no denuncien su situación; las que deciden hacerlo no terminan el proceso, se quedan en la etapa de denuncia, porque comienzan a ser presionadas para retirarla ". De acuerdo con Ramírez, en el sector servicios es donde hay mayor posibilidad de que las mujeres sean hostigadas: bancarias, meseras, sobrecargos, maestras y enfermeras, entre otras. En algunos de estos empleos, no sólo hay casos de hostigamiento por parte del jefe o el compañero de trabajo, sino también del cliente, que se siente con derecho de hacer insinuaciones. Hasta ahora no hay ningún caso en el que el hostigador haya sido castigado. Antes la pena era de 40 días de salario mínimo, ahora, una reforma legal impone una pena de prisión al hostigador. "Más allá del poder que puede ejercer un jefe sobre la trabajadora, que le puede hacer creer que tiene más derechos sobre ella, es una cuestión social, relacionada con la educación diferenciada que hemos recibido hombres y mujeres. Es muy fácil concluir que una mujer que está fuera de su casa está a disposición, que cualquiera puede tener acceso a ella. Se nos dice que nuestro espacio es el hogar y que ahí estás protegida, como propiedad privada y nadie puede intervenir. Cuando sales a trabajar te expones al hostigamiento, la violación, el abuso. A eso hay que agregar que los mexicanos se sienten obligados a lo que ellos consideran que es ser "galán" o "simpático". Hay un permiso social para los hombres de pensar que todas las mujeres que están en la calle, fuera de su espacio privado, están a su disposición en un momento. No es sólo una cuestión de jerarquía. Igualmente, tampoco creemos que sea sólo un problema exclusivo de las mujeres, pero hasta ahora no conocemos ningún caso de hostigamiento laboral en el que la víctima sea un hombre", concluyen las mujeres en Acción Sindical.
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Igualmente, tampoco creemos que sea sólo un problema exclusivo de las mujeres, pero hasta ahora no conocemos ningún caso de hostigamiento laboral en el que la víctima sea un hombre", concluyen las mujeres en Acción Sindical.
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