"Este es el corredor de entrada a Centroamérica, donde venden su cocaína y consiguen sus armas sin mayor problema y tiene permeados varios sectores", explica Low Wilson.
Según los estimativos de esta agencia antidrogas, de Colombia están saliendo un promedio de 16 embarques de droga diarios. Por el Pacífico, a Panamá, Costa Rica y Nicaragua y El Salvador. Por el Atlántico, a Panamá, Costa Rica, Nicaragua y Honduras.
Por cada dos embarques aéreos, salen seis por mar y por lo menos ocho correos humanos.
"EL TIEMPO" consultó fuentes de la fiscalía panameña y organismos de control bancario que señalaron que se sabe de un alto porcentaje de cuentas abiertas a nombre de testaferros, a los que es difícil poder relacionar con las FARC, por su 'blindaje'.
Sobre la presencia de los carteles y la guerrilla, el agente de la DEA señala que los contactos de éstos entran fácilmente, escudándose en que son comerciantes o van de turismo.
Sin embargo, las autoridades panameñas son herméticas al respecto y señalan que a pesar de que hay una influencia del narcotráfico, la situación es controlada. Pese a esto, el pasado 7 de julio un crimen conmocionó al istmo. Tres pescadores fueron degollados en el perímetro rural de Ciudad de Panamá. En medio de los manglares que forman los ríos Tapia y Tocumen, encontraron la muerte, al parecer a manos de colombianos.
Según un inspector de la Policía Técnica Judicial (PTJ) encargado del caso, a estos manglares suelen llegar los cargamentos de droga que salen desde el Pacífico colombiano.
En este caso, según los datos recopilados por varios organismos, entre ellos la DEA, los tres pescadores estaban encargados de recoger unos 'paquetes' que habían llegado a la costa, pero cuando fueron a entregarlos, faltaba uno.