El finlandés Kimi Raikkonen (McLaren Mercedes) ganó el Gran Premio de Hungría, disputado ayer domingo en el Hungaroring, que dejó de ser la pista talismán del español Fernando Alonso (Renault).
Raikkonen ganó por delante de los hermanos alemanes Michael (Ferrari) y Ralf (Toyota) Schumacher. Este último volvió a incidir de forma negativa en la trayectoria de Alonso, al tocarle en la arrancada, provocándole la rotura del alerón delantero.
Kimi acertó en la accidentada salida -arrancó el cuarto y se situó segundo- que fue mala para Fernando, al que taponó Ralf, antes de obligarle a parar inmediatamente para recuperar la citada pieza, que saltó por los aires y que más tarde puso fin, de forma tempranera, a la carrera de David Coulthard, cuyo bólido se salió de pista tras golpear las piezas caídas del R25.
El escocés abandonó instantes después de que su compañero el austríaco Christian Klien quedara fuera de combate tras dar una aparatosa vuelta de campana en la primera curva, en un arranque nefasto para los intereses de Red Bull.