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TEMAS DE ACTUALIDAD
Natrilix, Indapamida, Diazide, etc.
Raymundo A. Moore W.
Colaborador
Si usted, amable lector, es un paciente ambulatorio de la Caja de Seguro Social que padece de hipertensión arterial (excesiva alta presión sanguínea), y tiene que medicarse con algunos de los medicamentos que hacen el título de este artículo, no pierda tiempo con la receta que le extendió el médico buscando dicha medicina en el Seguro, porque, sencillamente, ¡No Hay! en ninguna de las farmacias de sus policlínicas, y le puede ocurrir aquello que plantea el señor Ernest Black, a saber, ".. Se jubilaba y hacía grandes proyectos. Iba a hacer esto, esto otro, y lo de más allá... y, en efecto, muy pronto fue a parar al más allá...". Eso es exactamente lo que parece estar promoviendo, con el mayor descaro, la flamante Comisión de la Asamblea Legislativa que "estudia" lo concerniente a los medicamentos, incluyendo la rebaja en el precio de las mismas. Pareciera, igualmente, que se está orquestando, calculadamente, la muerte masiva, y anticipada, de los hipertensos del país, ya que en vez de gastar la plata de los contribuyentes enfrascados en argucias meramente politiqueras y mercantilistas, lo que debiera estar haciendo dicha Comisión es ¡Comprar, ahora, y al precio que sea! Los mencionados medicamentos que hoy por hoy han desaparecido de las farmacias de Seguro Social, aunque, irónicamente, dichos medicamentos sí se pueden comprar en cualquier farmacia particular del país. Irónico también es el hecho que los asegurados no están quejándose del precio - como acota la Comisión - sino de la falta de los mismos, por lo que, repito, claramente se detecta la demagogia sin careta con que esa Comisión se está manejando, exhibiendo más que nada, preocupación por su figura (apariencia física) y la imagen del grupo. ¿Qué nos dice todo esto? Que los actuales responsables por la salud y la seguridad social del pueblo, están es entreteniendo y engañando a la población enferma (asegurada o no). Es más, no sé de quién fue la brillante idea de instalar una Comisión de Salud en términos de una 'Comisión de Comercio', lo que, examinado desde esa ambigua perspectiva, me reitero en plantear que lo que gira alrededor de dicha Comisión no es salud, sino politiquería y demagogia, pero especialmente, ¡Comercio! Aunque al elaborar este trabajo estoy resfriado, con los senos nasales "cogidos" en moco hasta el hueso, a pesar de ello, olfateo un macabro y sórdido plan encaminado a la privatización de la Caja de Seguro Social, llegando a esta triste conclusión desde el momento que la Comisión, en vez de discutir, consensuar y concertar en términos de poner en manos de los asegurados los medicamentos que con tanta urgencia necesitan, y que con toda seguridad significa el que vivan o mueran, campantemente y sin ningún recato, dicen haberse "puesto de acuerdo" para regular la compra de los benditos medicamentos. Pero, ¿cuándo van a tener los hipertensos la Natrilix, la Indapamida, la Diazide y los otros sustitutos medicamentos para aliviar sus males? ¡Au Revoir!
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