La tensión vuelve a ensombrecer las relaciones entre Venezuela y Colombia con la decisión del presidente venezolano, Hugo Chávez, de sacar a sus funcionarios de Bogotá y congelar el comercio, aunque su vicepresidente, Ramón Carrizalez, dijo que "por ahora" la frontera sigue abierta.
"Las directrices las dio muy claras el presidente cuando anunció el congelamiento, revisar todos los sectores, pero no se ha dictado ninguna instrucción para cerrar fronteras (...); por ahora se está evaluando toda la situación", señaló Carrizalez..
El Mandatario reaccionó así a "irresponsables" acusaciones de Bogotá sobre el supuesto desvío de armas que Venezuela compró a Suecia en 1988 y que el Ejecutivo colombiano dijo que halló en poder de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)
Además de ordenar congelar el comercio y retirar al personal diplomático, el mandatario advirtió que romperá definitivamente los lazos con Colombia ante una eventual "próxima declaración verbal" de parte del Ejecutivo de Álvaro Uribe que signifique una "nueva agresión".