CREO SER UN BUEN
CIUDADANO
Sin embargo, soy docente y no me preocupan los alumnos
Ya pasaron los tiempos aquellos, cuando el maestro era como el segundo padre, y la maestra la madre. Se recuerdan aquellas tardes cuando la maestra se iba hasta la casa del niño a preguntarle a la familia cómo andaban las cosas, para ayudar mejor al muchacho en clase. Cuando el docente lloraba si al alumno le pasaba alguna tragedia personal. Ya no: hoy día el maestro es una pieza dura en el inerte engranaje de la educación. Se preocupa más por su salario (y sí, hay que preocuparse por mejorar el salario de los maestros y profesores) que por actualizarse y humanizarse en esta sociedad de robots. ¡Qué tiempos aquellos cuando la escuelas era un refugio hogareño!
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