Rusia respondió a Londres con la expulsión de cuatro diplomáticos británicos de Moscú y anunció que dejará de cooperar con el Reino Unido en la lucha antiterrorista, en una nueva vuelta de tuerca del "caso Litvinenko".
La expulsión de esos diplomáticos británicos, que tendrán que abandonar el país en un plazo de diez días, es una respuesta a la decisión análoga que adoptó Londres después de que Moscú se negara a extraditar a Andrei Lugovoi, principal sospechoso del asesinato del ex espía ruso Alexandr Litvinenko.
El asesinato de Litvinenko, envenenado con polonio 210, una sustancia radiactiva altamente tóxica, causó estupor no sólo porque recordó las guerras de espías del pasado.