Una conexión ilegal de electricidad acabó ayer con la vida de la pareja Boris Salvador, de 21 años, y Graciela Reyes, de 30, a orillas del río Perequete, en Lídice de Capira.
El cuerpo de Graciela presentaba quemaduras en la pierna izquierda y Boris en ambas manos.
La pareja, que tenía tres hijos, residía en la Barriada 31 de Octubre de Lídice, desde hace cuatro meses, cuando llegaron procedente de El Roble de Aguadulce. En el lugar aún se podía observar el cable eléctrico, el cual pasa entre las ramas de los árboles, que crecen a orilla del río, y llega hasta varias casas.