Las chicas pin-ups fueron los grandes mitos de los años 40 y 50. Su sensual estética arranca de un dibujo animado, Betty Boop, para muchos la reina de las pin-ups. Tras ella, llegaron los grandes símbolos eróticos de esta época: Betty Page, Betty Grable y la inolvidable Marilyn Monroe.
La expresión "pin-up" se fijó en los EE.UU. en las décadas de los '40 y '50. Con este nombre, se conocen los dibujos (o fotografías) de chicas bonitas en actitudes sugerentes.
Su éxito fue tan rotundo, que con el tiempo han llegado a influir en muchos terrenos. Sólo hay que fijarse en el cine, la televisión, la publicidad, los cómics..
Las pin-ups siguen un patrón: son mujeres bonitas, sensuales, normalmente pilladas en situaciones "comprometidas" y que destilan erotismo e ingenuidad por todos sus poros. No hace falta que estén desnudas (de hecho casi nunca lo están). Su encanto reside en sus poses y sus miradas, en esa falda que enseña lo justo, o en esa lencería que sugiere más que enseña. Recatadas al principio, descocadas al final, las pin-ups revolucionaron el concepto de belleza y dieron cuerpo a un nuevo icono de la feminidad: la "cheesecake" o "girl-next-door".
Desde las revistas y los calendarios (forma de publicidad muy extendida en la época), llegaron a todos los rincones del país. Su popularidad fue tal, que hasta el gobierno americano llegó a regalar pin-ups a los soldados para que las colgaran en sus taquillas y les subieran la moral durante la 2ª Guerra Mundial.