Sergio García volvió a ser plenamente feliz, tras la primera ronda del torneo de Grand Slam que más le atrae y de mayor prestigio en el golf, el Abierto Británico, que comenzó en Carnoustie (Escocia), al completar una vuelta antológica que le llevó como un coloso hacia el liderazgo del torneo.
Sólo el marcador delataba al español: seis abajo, liderato en solitario y dos golpes mejor que el segundo clasificado, el irlandés Paul Mcginley.