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EDITORIAL
Tímido apoyo oficial al Festival Nacional de La Pollera
Dentro del marco de las Fiestas de Santa Librada que se desarrollarán del 19 al 23 de julio, sobresale el 42º Festival de la Pollera que se verificará el 22 de julio en la ciudad de Las Tablas. El llamado "día sereno" o segundo día de toros en un evento que debiera tener más trascendencia, sobre todo en la divulgación nacional porque se trata del traje típico que es un símbolo y representa la soberanía popular. El Festival Nacional de la Pollera fue instituido por el Club de Leones de Las Tablas en el año 1957 para honrar a Margarita Lozano que se convirtió en la primera reina de este evento cultural. Otras reinas han sido Berta Solís, Teresa González Ruiz, Ruth Cal, Gloria Herrera, las hermanas Juventina y Rosa Elena de Gracia, Milagros Athanasiades y Lupita De León entre otros monarcas. Este año presidirá la fiesta Lourdes E. Díaz. A pesar de que debería ser todo un acontecimiento, la exhaltación al traje típico cuenta con modesto y casi tímido respaldo del Instituto Nacional de Cultura. La pollera nos ha dado muchas satisfacciones por su bella policromía y el garbo con que lucen las panameñas este prenda de vestir panameña. El primer triunfo internacional de la polllera se dio en 1961, cuando la chitreana Angela María Alcové obtuvo el galardón de "mejor traje típico" en el concurso Miss Universo. Consideramos que por la proyección cultural que tiene el festival de la pollera, debiera tener más apoyo, incluyendo al Instituto Panameño de Turismo, porque este torneo también es un atractivo turístico. Todos los años el patronato organizador del festival tiene que hacer malabarismos para conseguir los fondos de este concurso que tiene por sede el Colegio Manuel María Tejada Roca. Pero aparte de ello tanto el IPAT como el INAC debieran hacer una agresiva promoción a este evento que antaño provocaba la participación de empolleradas provenientes del extranjero. Este año el festival cuenta con una innovación y es el certamen infantil de polleras que tiene como propósito el inculcar en las infantes el deseo de vestir este atuendo típico. Es un acierto de los organizadores porque crearían un semillero de cultores de las ates vernaculares para que no se pierda el amor por nuestras tradiciones, ya tradición y folclor son la base de nuestra identidad nacional.
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PUNTO CRITICO |
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