¡¡Parpadeamos...y caímos!!!

Carlos Alberto Martínez
Crítica en Línea
Sólo un error de concentración y de marca por parte primero, de Ubaldo Guardia, y luego, de Reynaldo Lewis, quien se había hecho un muy buen partido fue aprovechado por Miguel Zepeda y nos hizo caer en picada para la victoria mexicana sobre Panamá por 1-0 ayer domingo ante un "lleno hasta la bandera" de aficionados en el Estadio Rommel Fernández, y con que inició la ronda semifinal de las eliminatorias del Mundial 2002 por la zona de la Confederación de Fútbol. Con la victoria azteca se quebró el invicto que por cuatro años tenía la selección canalera en el "Coloso de Juan Díaz", y cuya última derrota la había obtenido, casualmente en un juego de eliminatorias para un Mundial, ante la selección de Cuba (1-3), un 22 de septiembre de 1996. El encuentro en sí fue dramático en todo sentido, y totalmente parejo en que la selección panameña se asentaba poco a poco sobre el terreno de juego, motivado por una afición que lo alentaba, y un elenco azteca que trataba de conjuntarse pero que no buscaba la forma de poder desplegar su juego al que hubo algunos destellos que pusieron en dificultades al marco de Ricardo James, destacando un remate hacia el marco de cabeza que intentaba Jesús Olalde. Sin embargo, Panamá también intentó ensayar al marco de Jorge Campos, pero cometieron el error que lamentarían sus jugadores de haber perdonado demasiado a la hora de definir con un tiro peligroso de fuera del área de Juan Carlos Cubillas y otros dos tiros de Percival Piggott quien a la larga quedaría desorientado para poder realizar su función de hacer la pausa y buscar a los gemelos Dely Valdés, quienes tampoco hicieron nada ya que quedaron bien anulados por los defensas mexicanos. La segunda parte, fue importante para el conjunto mexicano que buscaba ser más rápido en el contragolpe y más ofensivo al poner su técnico, Manuel Lapuente, a Luis Hernández y a Francisco Palencia, y minutos más tarde, a Germán Villa por la lesión de Raúl Lara, quien pudiera ser figura ausente en el choque de este domingo ante Trinidad & Tobago en Puerto España. Es allí cuando se exigió más a la defensa canalera y logró aguantar los ataques aztecas al momento en que la posibilidad de un triunfo panameño se alejaba y un empate sin goles pudo haber sido más que eso. Sin embargo, los cambios realizados por Miguel Mansilla, especialmente de Ubaldo Guardia por Mario Méndez, y la salida de Percival Piggott para la entrada de Neftalí Díaz al campo pesaron en el terreno y la falta de mayor concentración especialmente faltando cuatro minutos para el final sellaron el destino del partido, cuando una acción de Hernández para Ramírez quien aprovechó un parpadeo de la defensa por parte de Guardia, sirvió en difícil forma a Zepeda para salir los mexicanos con su victoria. Lo magro del choque fue definitivamente el pésimo arbitraje de un estadounidense, Brian Hall, quien dio tarjetas amarillas innecesarias a Anthony Torres y a Jorge Dely Valdés y hasta no marca un penal a favor panameño cuando dos jugadores aztecas arremetieron a Julio Dely Valdés. La afición, pese a la derrota y a la tristeza que embargaba el marcador cuando se pudo haber ganado, salió a celebrar la hidalguía, la dignidad y la humildad con que encararon un encuentro en que se jugó de igual a igual con uno de los más poderosos de la región y a nivel mundial.
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