En los últimos meses se han suscitado varios crímenes de chinos, la mayor parte con armas de fuego, para ser específicos en tres lugares distintos, incluyendo Las Mañanitas y Los Pueblos.
Entre los muertos de origen asiático figuran Suo Xiong-Lin, asesinado a tiros en Pan de Azúcar, distrito de San Miguelito, el pasado 11 de abril.
En iguales circunstancias falleció Fan Singua-Kin-Lau, muerto a balazos cerca de "Los Caminos de Omar", el 28 de abril. Aquí se registró un arresto, según fuentes oficiales.
Los homicidios siguieron con el deceso de Ching-Sun-Wan, acribillado a tiros en Curundú el 29 de abril del presente año, o sea crímenes en serie en un lapso de 24 horas.
Ni hablar de Wai-Fung-Chin, quien pereció en Los Pueblos, por arma de fuego, el 2 de junio del presente año.
Como detalle curioso, uno de los muertos tenía un tatuaje de un dragón sobre su espalda, lo que evidencia pases de factura entre los propios paisas.
Todos estos casos se encuentran bajo investigación. En la historia nacional, las ejecuciones de asiáticos van siempre precedidas de misterio, los parientes no quieren hablar por lógicas aprensiones, o sea una especie de Código del Silencio rodea todo, incluyendo fuentes investigativas que por razones obvias no pueden entorpecer las pesquisas.