El escándalo de corrupción en el gobierno del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva cautivó a millones de televidentes con una maratónica interpelación parlamentaria de más de 12 horas a un empresario bajo sospecha de haber coordinado el soborno de parlamentarios para garantizar su apoyo político.
"Si pudiera meterme en un hueco lo haría. Mi vida como empresario se ha terminado. Nunca más volveré a relacionarme con el gobierno o con los políticos", declaró el empresario Marcos Valerio en respuesta a las preguntas de los parlamentarios de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) de los Correos.
Valerio, un ejecutivo del sector publicitario y contratista del gobierno, negó reiteradamente cualquier actuación indebida, pero sí reconoció que respaldó un préstamo al gobernante Partido de los Trabajadores (PT).
"El (el presidente del PT, José Genoino) me pidió que lo avalara. Fue una solicitud personal", declaró Valerio.
La crisis política que afecta al gobierno de Lula comenzó tras las denuncias de corrupción que hizo un diputado aliado del gobierno.