Este es el equipo que necesitamos, esa selección guerrera para la eliminatoria mundialista, un equipo bien parado en la cancha, ordenado, administrando el balón, de esta manera se puede y se ganan los partidos, además de la cuota de los goles.
Con un "Matador" listo para mandar el esférico al fondo de la red y darle a Panamá un histórico triunfo, el primero que gana en Copa de Oro y frente a un país invitado grande y jugando de la mejor manera, con una línea defensiva bien plantada. Un Luis Moreno que se iba al ataque y una media cancha con Gabriel Gómez que supo hacer su trabajo.
Desde los primeros minutos Panamá estuvo bien parada, y buscando el desequilibrio en la figura de Ricardo Phillips en la 16 con 50, pero igual fue Colombia que estuvo en este primer tiempo más cerca del gol.
Panamá hasta el minuto 27 jugó bien, pero Colombia fue superior, sobre todo, en los últimos 15 minutos de la primer etapa, jugaron un partido entretenido, rápido pero sin muchas llegadas de peligro por parte de Panamá.
Los colombianos encontraron en varias oportunidades espacios abiertos para disparar por el área de Carlos Rivera, de allí vinieron las embestidas que detuvo Penedo.
Julio Dely Valdés no se vio mucho en el partido, le faltó fútbol, definitivamente por carecer de ritmo de competencia y esto era de esperarse, lo que me sorprendió fue que el técnico no hiciera el cambio en la segunda mitad por Roberto Brown, pues la ofensiva hasta ese momento no creaba peligro.
En este tiempo complementario se cambió a Engie Mitre por Luis Alberto Blanco y qué buen cambio. El ahora renovado Blanco, con nuevo look que parece una mezcla entre “Puchito” Medina y "La Araña" Vásquez, entró a darle empuje al equipo, a arrearlo hacia arriba. Sin dudas el juego cambió cuando este jugador saltó a la cancha.
Ni en los mejores tiempos había visto un tan buen segundo tiempo de Panamá, donde todo fue de nosotros, nos fuimos adelante a buscar el gol, acorralamos a Colombia en su área, Panamá administró este tiempo como jamás, trianguló, propuso, quitó balones, se paró bien atrás, todo esto trajo sus frutos pues el invitado de honor llegó del centro de “Puchito” Medina y la cabeza de Luis Tejada.
Pero cuidado..no nos mareemos con este encantador triunfo. Para nosotros fue de una inmensa alegría, pero no podemos confiarnos, debemos seguir trabajando y seguir bien concentrados y esperando que este globo no se desinfle y suframos más decepciones.