OPINION


Estados Unidos: aliado necesario

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Por Carlos Christian Sánchez
Asesor Diplomático

En un momento sin precedentes, la presidenta de Panamá, Mireya Moscoso y el gobernante de Estados Unidos de América, George W. Bush, efectuaron recientemente un encuentro fructífero que significó el primer paso hacia la conformación de un tratado bilateral de Libre Comercio con la Unión Americana.

Empero no todo era color de rosas: poco después, los medios de prensa descubrieron que la Cancillería panameña había acordado con Washington un pacto que permitiría a los ciudadanos, en especial soldados de Estados Unidos, no ser objeto de detenciones sumarias, de darse el caso de denuncias realizadas por nuestro país, por supuestas violaciones a los derechos humanos o crímenes de guerra.

La inmunidad especial que tanto busca Estados Unidos para sus fuerzas armadas radica en el temor de ocurrir juicios al estilo Nuremberg en la Corte Penal Internacional, "debido a revanchismos políticos contra la potencia que domina el mundo", como algunos especialistas del Derecho Internacional habían sugerido con anterioridad.

Apartando el lado negativo del caso de la inmunidad a tropas estadounidenses otorgada por Panamá (pues nadie descarta que la flamante Asamblea Legislativa apruebe dicho fuero al Ejército norteamericano), vale la pena decir que la maniobra de la diplomacia panameña fue la más pragmática y realista que se podía hacer con respecto a las relaciones con el coloso del Norte.

La diplomacia pragmática aplicada en los temas del Libre Comercio con Estados Unidos y la inmunidad para los "Marines" es un callejón sin salida que todo gobierno hubiera debido tomar, para evitar resquemores con la administración Bush, que encabeza una tediosa campaña contra el terrorismo en todo el mundo.

Aunque estamos de acuerdo con los historiadores panameños, los cuales cuestionan el mero hecho de que Panamá fue realmente creada por los intereses de Wall Street y el mazo de Teddy Roosevelt para construir un Canal interoceánico por el istmo en 1903, existe otro punto que debemos admitir cuando hacemos diplomacia y alianzas con los demás Estados del globo: sentido común.

La Unión Americana pronto será una potencia latina, muy vinculada con el mundo hispanoamericano. La cercanía del mundo latino hacia Estados Unidos, la interacción del comercio con las naciones al sur del Río Grande, en la frontera con México y los siglos de contactos entre el grupo anglosajón y la raza mestiza hispana, generarán en poco menos de 50 años, circunstancias que obligarán a Washington a enfocarse más en América Latina, que en China, Europa o Medio Oriente.

Panamá tiene su espacio en las relaciones de Estados Unidos con América Latina. Como punto de paso para el comercio entre dos océanos, por estar en el mero centro de Las Américas, la vigencia del dólar, como moneda corriente y el creciente interés por el idioma inglés, al istmo indudablemente se le debe otorgar el derecho de fortalecer una relación comercial y cultural tan especial como la que tenemos con Estados Unidos.

Esperemos que el Tratado de Libre Comercio entre ambas naciones se concrete pronto, siempre y cuando no afecte nuestra industria y al agro. En cuanto al caso de la inmunidad a las tropas yankees, ojalá que este espinoso asunto sea bien definido, debido a los puntos oscuros que puede acarrear el otorgar semejante fuero a un ejército extranjero en nuestro territorio soberano.

 

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