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¿Cuántas veces estamos intentando concentrarnos frente a la computadora, tratando de terminar un trabajo importante, pero el constante cuchicheo de algunos compañeros escandalosos nos deja la mente en blanco?
Estos compañeros revoltosos pareciese que no se dedicaran a otra cosa que conversar en voz alta, y contar cuentos sobre la vida privada de otras personas, riéndose a carcajadas en el proceso.
Se necesita la paciencia de un monje budista para poder concentrarse en un ambiente de trabajo como éste, pero lamentablemente la mayoría de las oficinas públicas y privadas tienen unos cuántos elementos que, aunque sean la mayoría, parece que se apoderaran del lugar con sus gritos.
Cuando se acerca el fin de la jornada laboral, estos individuos siguen vociferando, sólo que en esta ocasión son quejas de que están atrasados en su trabajo. Y de que le mandaron un memorándum. Y de que los acaban de llamar al departamento de recursos humanos para... |
