Por primera vez en su historia, los panameñistas someten al escrutinio de sus bases las propuestas de varios de sus integrantes con aspiraciones de ocupar la Presidencia de la República y otros cargos de elección popular, ante la proximidad de las elecciones de mayo de 2009.
Este esfuerzo de renovación democrática interna ha sido impulsado por Marco Ameglio y se convierte en una línea irreversible que seguirá senderos positivos hasta que las mayorías del colectivo hagan valer su opinión en las primarias que tendrán lugar este domingo 6 de julio.
El Partido Panameñista se adapta a los cambios que exige la modernidad donde se imponen los procesos de apertura democrática. Ahora, se demostrará el alcance de las iniciativas llevadas a cabo por Ameglio y su sucesor Juan Carlos Varela.
Queda atrás entonces el estilo autoritario de designar candidatos. La llamada "dedocracia" es cosa del pasado porque ahora el colectivo escuchará la voz de quienes no tenían injerencia en las decisiones. Esa antigua actitud les hizo fracasar estrepitosamente en las pasadas elecciones, por eso se ha impuesto el cambio interno.
El panameñismo ha presentado una variada y numerosa oferta de precandidatos presidenciales, pero las tres figuras principales, Alberto Vallarino, Marco Ameglio y Juan Carlos Varela, como señaló uno de sus copartidarios, son tres propuestas de lujo.
Varela tiene su mérito, ya que al seguir la línea promovida por los cambios, ha lanzado al olvido el tiempo del amiguismo y de las influencias que mantenían a unos cuantos usufructuando del partido para su propio beneficio. Ha logrado también mantener bajo control a figuras, cuya conducta en el ejercicio público no ha sido la más favorecedora para los intereses de la agrupación política.
Por su parte, Alberto Vallarino, el candidato con raíces más profundas en la historia del grupo, representa al hombre de éxito en el sector empresarial, en particular en la actividad bancaria, de la cual es ya un ícono. Él parece tener los mejores programas de gobierno, según algunos analistas.
Ameglio, Varela y Vallarino representan una historia reciente de triunfos dentro del colectivo. Sus conductas han sido honestas, desprendidas y diáfanas, lo que sirve de ejemplo para todos los integrantes del panameñismo.
Este esfuerzo de los panameñistas por adaptarse a las innovaciones del mundo actual, donde se impone la consulta y el diálogo, tendrá un positivo resultado si logran alcanzar la Presidencia, pero no solo en el ámbito gubernamental, sino también en la preferencia de los panameños.
Los precandidatos a la Presidencia de la República por el panameñismo, muestran el nuevo rostro de una organización que ha sido capaz de desprenderse del lastre del pasado y de erradicar los vicios que por poco los sepultan en la oscuridad.